Cómo empezamos, y gracias Doña Rita..

Cómo empezamos, y gracias Doña Rita..

Como les dijimos en nuestro blog anterior, todas las historias continúan, y bueno acá seguimos...

Nos habíamos quedado en, ah sí, claro, ya recordé... Decidí empezar a hacer mis propios kimonos, y que ODISEA, la verdad nunca fui partidaria de mandar a hacer mi ropa con modistas, tenía muy marcado el pensamiento de “todo lo que mandas a hacer en las modistas, queda mal”. Pero bueno, la vida a veces te demuestra que no siempre tienes la razón, y que tus pensamientos no siempre son los más acertados.

Había terminado de realizar un trabajo y tenía 350.000 pesos colombianos, en mi bolsillo, solo eso, no tenía ni un peso más ni un peso menos, y bueno, la vida me ha enseñado que a veces tienes que irte con toda, y más cuando tu intuición es la que te está jalando a hacer cosas nuevas; así que con mis 350.000 decidí bajar al centro de Bucaramanga, comprar unas telas, y empezar.

¿Saben cuánto sabía de telas? ¡Increíblemente NADA, no tenía conocimiento alguno de lo que eran las sedas, las telas con caída, telas viscosas, no tenía idea de nada en realidad! Pero, aun así, decidí empezar. Utilice mi dinero, compre las telas que me gustaron, las telas que pensé que serían lindas, y me fui a mi casa con mi bolsa llena de telas y con la pregunta más grande, ¿ahora quien me hará un kimono con estas telas?

Y bueno, llegue a mi casa, y mamá que se respete, siempre tiene solución para todo, y mi mamá no sería la excepción.  Le conté lo que quería hacer, y me comento de una señora que me podía ayudar, y bueno, la llame y me reuní con la tal señora…

Para mí sorpresa, la señora era una abuelita de más de 70 años, una abuelita que había sido sastre en su juventud, y que aún seguía trabajando realizando arreglos para poder ganarse un poco de dinero. Doña Rita, sin ella, Vita Clothing no hubiera empezado, ella fue la primera que nos elaboró un kimono, la primera que me enseño un poco de telas, y la primera que me dijo “Carito, estoy segura que le irá muy bien con estos kimonos”

Le entregue mis telas, le pregunté que cuantos kimonos me salían de todos esos metros de tela que tenía, ilusamente pensé que me salían 20 kimonos; al no saber nada de telas, y mucho menos de cuanto se gastaba en cada kimono, pensé que tendría muchos kimonos por lo que había comprado, y claro, la respuesta de doña Rita, fue… “le salen máximo 6 kimonos Carito”, a lo que le conteste, “perfecto, empecemos”.

Y es así, como una abuelita empezó a elaborar las primeras muestras de kimonos, sin tener etiquetas, sin tener ni idea de un nombre sin ni siquiera pensar que lo que estábamos haciendo era para una marca, solo pensando que tal vez, esos kimonos me quedarían lindos, y yo solucionaría mi problema de consumidora insatisfecha al no conseguir los kimonos con los estampados deseados…

Y sin pensarlo, esos fueron los primeros ladrillos para empezar Vita Clothing, nunca pensé que lo que empezó con ese pequeño capital semilla, sería lo que hasta el día de hoy hemos logrado…

Pero ya saben todo continua... no todo es color de rosa…

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