350.000 mi capital semilla... ¡INCREIBLE!

350.000 mi capital semilla... ¡INCREIBLE!

Y si, la historia continúa…

Como todas las historias muchas veces el principio no es “perfecto". Llevaba varios meses sin encontrar un trabajo estable, y una amiga me invito a trabajar duran tres días en una feria comercial, y quien lo iba a creer...

Durante esa feria, jamás pensé en crear a Vita, jamás pensé en ser independiente y dejar de ser “empleado”, por el contrario, estaba buscando la oportunidad de encontrar un trabajo estable y por fin tener el trabajo “soñado” (claro soñado para la Carolina de esa época...)

Fueron días intensos de trabajo, tardaron casi un mes en pagarnos y el pago que recibí por ese fin de semana de trabajo fueron 350.000 pesos colombianos, creo que jamás nadie pensó que esos 350.000 me iban a cambiar la vida; puedes estar pensando que 350.000 no son mayor cosa, pero para mí, era el dinero suficiente para empezar a crear algo…

Baje al centro de mi ciudad, camine mucho durante horas, busque telas, para ese momento no tenía idea de nada de telas, no sabía de sus composiciones, y mucho menos de los valores por metro, pero me dije… haré la prueba, y si pierdo, perderé estos 350.000 pero si me va bien, estos 350.000 se multiplicarán...

Después de caminar mucho, buscar telas, mirar muchísimos estampados, compré telas para 5 kimonos, la verdad no me alcanzaba para más, no podía gastarme todo el dinero en telas, porque ese dinero también me tenía que alcanzar para la mano de obra de Doña Rita, la señora que hizo los primeros kimonos de Vita, y bueno así empecé.

La verdad me sentía ansiosa, un poco nerviosa, pero siempre he pensado que la vida se trata de intentarlo, nada justifica quedarse con el “¿y si lo hubiera intentado?”…

Pasaron varios días para poder mi primer kimono, doña Rita, al ser una señora mayor, tardaba días en elaborar solo un kimono, pero valía la pena la espera, ella me enseñó a entender y comprender que crear una pieza, lleva su tiempo, que el tiempo hace que el acabado sea mucho mejor, y que gran enseñanza, gracias a ella entendí que no necesitamos sacar mil piezas, sino pocas piezas, pero con calidad.

¿Quieres saber que más ocurrió y que paso en realidad con esos 350.000 pesos colombianos?

En otro blog te hablaremos de lo que sucedió…

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